Dos niñas deben disertar en la escuela sobre un héroe de la patria. Una de ellas decide hacerlo sobre su madre: Cecilia Magni, la comandante Tamara, militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Lo familiar y lo íntimo se mezclan con la historia oficial en “La Compañera”, montaje teatral de la Compañía Malamadre, que asume el desafío de complejizar la política y reconocer las resonancias emocionales y transgeneracionales que implican los procesos sociales dentro de las personas y comunidades.

“A 50 años del golpe, nos proponemos contribuir a ampliar la memoria oficial. Hoy más que nunca sabemos que no existió un `nunca más´ y que las heridas siguen maltratando, no sólo a quienes fueron víctimas directas, sino también a quienes han heredado el dolor, que transita por los años y se instala hacia el futuro si lo guardamos bajo la alfombra”, dice Carla Romero, directora de la obra.

“La Compañera” estará en cartelera, desde el jueves 31 de agosto hasta el domingo 10 de septiembre en el Teatro del Puente, de jueves a sábado a las 20:30 hrs y los domingos a las 20:00 hrs. “Hablar de Cecilia Magni es hablar de una mujer que sigue siendo un misterio en la historia. Y el texto de `La Compañera´ abre lugares nuevos, desde la ficción”, comenta Claudia Cabezas.

“La Compañera” fue escrita en México por la dramaturga y directora chilena Carla Romero y la actriz argentina Laura Agorreca, en medio de una reflexión profunda acerca del rol histórico de las mujeres en los movimientos revolucionarios latinoamericanos y su poca visibilización en los documentos de memoria que hoy se conocen. “Y si bien esto no busca visibilizarlas, sí busca otorgarles un lugar histórico”, explica Romero.

“La obra elabora el dolor de la transa para llegar a la democracia. La transacción que dejó paso a impunidad, a los olvidos, a la instalación feroz de este modelo neoliberal que impuso la dictadura de Pinochet. No lo habla así de explícito en el texto, pero sí en la construcción humana de las relaciones lo va tejiendo”, explica Mariana Muñoz, actriz de la obra.

“La Compañera” propone un abordaje sensible que abre diálogos internos entre los espectadores, con una historia que tensa el hilo entre pasado y presente, invitando al público a imaginar otro futuro posible. Un ejercicio delicado de reconstrucción de la memoria desde lo más íntimo. Una mirada honesta, sensible y emotiva de una de las revolucionarias más enigmática de la historia política contemporánea de Chile, la comandante Tamara.

“Hemos tratado de ir comprendiendo este viaje. Pensar cómo se asume el rol de la mujer dentro de un proyecto revolucionario, y con eso, temas como la maternidad, por ejemplo”, comenta Muñoz. “Es un texto que va abriendo lugares muy íntimos de esta mujer”, complementa Claudia Cabezas, “es ficción, pero todo el tiempo está entregando información real. Entonces, es un texto que también está educando y creemos que eso es fundamental en este momento. Hay historias de esa época que volvemos a escuchar ahora y nos resuenan y resuenan en gente más joven que quizá no sabía quién era Magni”, concluye.

¿Qué hacer con lo personal?, ¿qué historia queremos escuchar?, ¿quién es el otro?, son algunas de las interrogantes que propone este espectáculo, preguntas que la protagonista de “La Compañera”, intenta resolver a lo largo de los 60 minutos de montaje. “Comienza a aparecer una relación madre hija y una relación generacional que también habla sobre qué nos pasó a nosotras con esta democracia, y ¿qué nos pasa ahora tras haber ´despertado` y dormirnos otra vez, o quizás ¿solo soñamos”?, concluye la directora, Carla Romero.